De aquel viaje recuerdo el calor atravesando los Monegros,los duros ascensos a los puertos de Lanzas Agudas y el Alto del Madero,las noches durmiendo al raso salvo una en la que pernocté en el Hotel "Las Brujas de Becquer" de Tarazona y otra que lo hice en una pensión de Soria y la sensación de triunfo que me embargó al asomarme a la cubeta de la Laguna.
Qué me empujó a realizar aquel viaje?...creo recordar que alguna lectura en la que se mencionaban las leyendas que desde los albores de la historia había alimentado la misteriosa belleza del lugar.
Treinta y dos años después de aquel viaje iniciático,he vuelto a asomarme a las negras aguas.Hay ahora una pasarela de madera que serpentea en unas decenas de metros sobre el margen más accesible de la Laguna
y que desemboca en un sendero que trepa en dirección al Pico Urbión.Si lo seguimos podremos disfrutar de unas vistas espléndidas:
Conforme vamos ganando altura,la vista resulta cada vez más impresionante:
Una vez arriba,apartando la vista de la Laguna se podía divisar en la lejanía lo que creo que era el Pico Urbión,en el que se mantenían todavía unos neveros:
Dejando atrás la Laguna ,en el camino de vuelta hacia Vinuesa encontré un claro alfombrado de hierba fresca en el que pase unas horas.