jueves, 19 de noviembre de 2015

Gallocanta

Jueves 19
Me apetecía volver a Gallocanta,así que aprovechando la ventana de buen tiempo que tenemos éstos dias no me lo he pensado dos veces. Lo puedo hacer porque no soy asalariado  y sobre todo porque valoro más la libertad a ganar unos euros extra a final de mes.

En éste escenario inmutable me ha sorprendido la reciente construcción de un nuevo lugar de observación,al que se accede desde el centro de interpretación.



Ningún otro pormenor a detallar...la laguna con muy poca agua,bastantes grullas y sí...ahora que me doy cuenta otra circunstancia poco común: una numerosa presencia humana,con los  efectivos que aportaban cuatro autocaravanas y un autobús de escolares.Para un misántropo como un servidor no deja de ser un pequeño trastorno ésta proliferación.

Imágenes captadas en el  inevitable paseo matutino:





Aquí el cronista ....admirado ante la vista que se abre ante sus ojos


Estas dos rocas han sido mi oficina durante un par de horas de la mañana. He hecho unas llamadas de teléfono mientras grandes bandadas me sobrevolaban. No se qué habrán pensado mis interlocutores al escuchar el griterío que enmascaraba mis palabras.








Hoy me he ubicado junto al parquecillo  que hay entre el lavadero y la piscina.




Y para terminar,imágenes del paseo vespertino...


Para poder tomar buenas instantáneas sería preciso una cámara decente y con teleobjetivo...y como no tengo ni una cosa ni la otra,ésto es lo máximo que puedo lograr.



Viernes 20
El  crepúsculo





Llego a la furgo ya en tinieblas..estoy en un arrabal que ,salvo en verano,no tiene actividad  y en consecuencia por economía municipal están todas las farolas apagadas.



Sábado 21
Me despiertan  la lluvia y el viento que hermanados me proclaman su superioridad. Al parecer el anticiclón que nos ha visitado éstos dias atrás se ha ido efectivamente, como anunciaban los augures meteorológicos.
El dia es encantadoramente otoñal. Las pocas hojas que resistían irreductibles en los árboles vecinos se rinden a los elementos y caen tristemente hasta encontrarse con sus hermanas más débiles que yacen alfombrando el suelo.



Tras desayunarme y antes de emprender el camino de retorno a mi casa me detengo en el centro de interpretación y apuro las últimas vistas de la laguna y las grullas en el nuevo lugar de observación. Qué bien le sienta el gris  a éste confín interior !



Cualquiera diría ante ésta vista que se trata de una playa de un mar atlántico, desnudada por la marea baja.







Una última imagen que tomé en Mequinenza,junto al pantano. El enérgico viento que azotaba las aguas daba carácter de mar al embalse.







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