Éste otoño he sido fiel a mi tradicional visita a Agreda con el propósito de recolectar nueces.
En ésta ocasión he avanzado la fecha infiriendo que el calor que ha reinado en verano sin duda haría más precoz la sazón de las nueces.
Así que arribé el Lunes 3 de Octubre, al atardecer, y partí el Viernes 7 a primera hora de la tarde para llegar a mi casa sobre las 23 horas. En mi empeño de economizar carburante conseguí un consumo medio de 7,1 litros a los 100 Km.
Me he instalado en ésta ocasión en las proximidades de la Iglesia de N. Sra. de los Milagros, en una amplia vía y en un emplazamiento que pese a estar a apenas a unas decenas de metros de la Plaza Mayor es muy tranquilo, particularmente de noche.
He permanecido anclado ahí permanentemente los cinco dias y sólo abandoné el lugar en un par de ocasiones, a saber: el Miércoles, por muy breve tiempo, para vaciar aguas grises en el Área de AC y el Jueves durante un par de horas con el propósito de recorrer unos km que recargaran la bateria y de paso avituallarme en el DIA de Ólvega. Es éste establecimiento el de más empaque y variedad de productos de toda la comarca.
Es harto curioso el contraste entre Ágreda y Ólvega. Comparten una población pareja, en torno a las 3000 almas y la tilde en la primera letra del nombre. Pero al margen de ésa coincidencia en poco se parecen. Ólvega es más industrial y dinámica y Ágreda es mucho más monumental y ensimismada.
Cómo puedo resumir en breves palabras la "campaña de la nuez" de éste año? Pues de manera rotunda la califico de excelente.
Bastaba con transitar por el camino que lleva hasta la Estación Depuradora para ir encontrando multitud de frutos recién caidos y por tanto sanos y frescos.
Además, en una pequeña finca situada en la zona más abierta y soleada, donde el camino se aproxima a la carretera nacional, encontré algunas almendras que habían sobrevivido al afán recolector.
Al margen de ésta labor enormemente grata y sin duda productiva (el precio del kilo de nuez está próximo a los 7 euros) Agreda es siempre un espléndido marco para el paseo y la contemplación de los rincones que nos retrotraen a otras lejanas épocas
Se dió la circunstancia además de que, en uno de mis recorridos, encontré un pequeño cartel que anunciaba la venta de una parcela ubicada en un lugar privilegiado, a la sazón vecino del jardín romántico del Palacio de los Castejones con el que comparte una alta tapia de piedra. Naturalmente es un solar no urbanizable puesto que de serlo estaría sin duda ya ocupado por una vivienda pero aún así llamé al número que mostraba el cartel y me cité con el propietario para una visita.
La parcela aloja una casa de madera, de proporciones razonables en cuanto a superficie interior si bien su construcción es algo tosca. Además hubiera sido más conveniente, para mi entender, haberla alzado sobre una plataforma elevada de manera que la vista desde sus ventanas no se viera constreñida a los límites del solar sino que se extendiera , libre, sobre las huertas . Como ventaja adicional, el espacio bajo la plataforma bien podría hacer de garaje en el que abrigar un pequeño vehículo. Eran éstas consideraciones que me hacía y que transmití al propietario sin encontrar en él eco ninguno.
Al ser solar no urbanizable sí que tenía acometidas de agua y luz pero no conexión a la red de aguas residuales y eso no deja de ser un gran inconveniente...
El lugar era curioso y ciertamente peculiar.
Estaba rodeado de una especie de pretil, con un camino de ronda que lo circulaba como si de una muralla almenada se tratara
y desde la calle, realmente la altura era considerable y lo convertía en inexpugnable fortaleza. El alto muro de piedra que muestra la imágen es prolongación, sin ninguna solución de continuidad, del del Palacio de los Castejones que se ve al fondo.
En definitiva, una propiedad interesante aunque el importe de la transacción que cifraba el propietario en 60000 euros me pareción excesivo.
