Escribo éstas líneas desde Mandayona,cerca de Siguenza,en la que se ubica el Centro de Interpretación del Parque Natural.Acabo de arribar,siendo ya noche cerrada.En Arganda me he demorado más de la cuenta y no he tenido ocasión de comprar algunas botellas de vino como tenía previsto.
Ayer pernocté en Medinaceli.La noche resultó bastante fría y ventosa e incluso una ligera nevada puso la nota invernal.
Tuve ocasión en consecuencia de poner a prueba la calefacción y el aislamiento de la furgo y he de dar a ambas una nota sobresaliente.
Hoy también parece que la noche será gélida.
Me voy a preparar una cena ligera y a continuación comenzaré la lectura de un libro de G.K. Chesterton (uno de mis autores favoritos) que adquirí la semana pasada.Se trata de "El hombre vivo",una obra cuya existencia desconocía.Si no me vence el sueño,también me dedicaré un rato a tocar el bajo,acompañando algunos temas de Camel.Estoy sacando ahora las líneas de bajo del "A live record",un muy buen disco en directo,especialmente los temas en los que participa el gran Richard Sinclair al bajo y voz.
Mañana temprano tal vez me acerque a Siguenza (está a unos 20km de aquí) para dar una vuelta por esa villa y hacerme con algunas provisiones(estoy sobre todo escaso de vino con el que combatir el frío...).
Sabado 23 Noviembre
Durante la noche ha helado y el dia ha amanecido frío pero soleado.Con la luz diurna observo que he pernoctado al lado de la Iglesia Parroquial del lugar y frente a la Fábrica de Harinas,en una zona de hotelitos ajardinados.En conjunto el pueblo resulta muy agradable.
Tras desayunarme he dado un paseo.He descendido por la calle de la iglesia hasta el cauce del Rio Dulce
Y he seguido por los campos que hay al otro lado.Quedaban restos de la helada nocturna
A la vuelta del paseo he comprado un pan candeal,un pedazo de queso de la vecina Brihuega y una botella de Valdepeñas para acompañarlo.Conviene siempre maridar el queso con un vino de la zona y en éste caso,ante la ausencia de vino local,el valdepeñas es de la misma comunidad castellano-manchega.
Barranco del Dulce
Desde Mandayona he tomado la carretera de Siguenza.A pocos km un desvio a la derecha lleva a Aragosa.He dejado la furgo en el aparcamiento a la entrada del pueblo y he hecho el recorrido Aragosa-La Cabrera- Aragosa. 15 km en total
Aragosa
Está incrustada en el cañón.
Es de destacar el pequeño camposanto.A diferencia de los cementerios que he encontrado en otras aldeas y que suelen estar en ruina e invadidos de la mala hierba,éste resulta lleno de vida,si se me permite la expresión....Todas las tumbas están forradas de lápidas relucientes y bruñidos jarrones alojan numerosos y coloridos ramos de flores (plásticas,por supuesto).
Saliendo de Aragosa el camino da un rodeo y abandona el cañón del Dulce.Volviendo la cabeza encontramos bonitas vistas de la hoz que dejamos momentaneamente atrás.
Al cabo de unos cientos de metros accedemos de nuevo al barranco penetrando en un desfiladero angosto.
El camino prosigue a partir de aquí siempre paralelo al cauce del rio.
Arribamos al Caserío de los Heros y las ruinas de la antigua fábrica de papel moneda.Hace años alguien tuvo la absurda idea de levantar un hotel aquí.Afortunadamente,por una vez los políticos actuaron con seso y negaron los permisos.En su huida,los especuladores dejaron plantadas un par de gruas,mudos heraldos de aquella locura.
La Cabrera
Finalmente unos lejanos ladridos nos anuncian la proximidad de La Cabrera.La aldea es francamente bonita,con un imponente puente de piedra y unas pocas casas.Alberga también ruinas de una antigua piscifactoría.
Uno de los perrillos que correteaban alegres por el villorrio.Eran muy amistosos.
Tras callejear un rato,abandonamos el lugar.Me fijo en un indicador que además de recordarnos que nos faltan 7,5 km por volver al punto de partida,también señala que por allí pasa el Camino del Cid y el de Santiago.
Al arribar a Aragosa me preparé algo de comer y seguidamente tomé la carretera de nuevo con destino a Siguenza.Al llegar di un breve paseo hasta la catedral.La ciudad es muy bella y en principio pensé pernoctar allí,pero finalmente tomé la decisión de volver a Mandayona.
Y aquí estoy de nuevo,escribiendo éstas notas tras haber tomado una ducha reparadora.
Domingo 24 de Noviembre
Doy un n uevo paseo por los alrededores del pueblo.Me entrego al azar y tomo el primer camino que encuentro.Asciende por entre antiguas viñas hasta un bosque de encinas y al cabo de unos 3km muere en un amplio campo labrado.Es por tanto un mero camino agrícola para dar paso a los tractores y segadoras.Una pena que no se adentre más en la espesura y permita llegar a la cima de alguna mesa.Sin duda las vistas serían espléndidas.
No me resisto a tomar unas instantáneas del los caseríos de Mandayona...
Cuando retorno a Mandayona me intereso por la Fábrica de Harinas "La Esperanza" frente a la que me he instalado.
Aunque tanto el edificio como la máquinaria que se atisba por las ventanas están en buen estado,da la impresión de un cierto abandono.Un lugareño me confirma que efectivamente ha cerrado.
Anejo a la factoria molturadora hay un pequeño edificio que albergaba una fábrica de pastas alimenticias.También clausurada,lamentablemente.
Me habría quedado más tiempo en éste pueblo.Hay lugares que tienen un encanto dificil de describir y ésta villa es uno de ellos.Sin duda volveré.
En cualquier caso decido volver a Siguenza para una visita a plena luz del sol.
Es dificil no desenfundar la cámara y tomar alguna instantánea,especialmente de la Catedral y el Castillo (hoy Parador).
La ciudad tiene mucho encanto,aunque la abundancia de visitantes de fin de semana la desvirtúa un poco...casi parece un parque temático para pequeños burgueses.
Se merece una visita en dia laborable.
Al margen de palacios y conventos,me pareció muy interesante su estación de ferrocarril.
Es un edificio grande y bien mantenido pese a que apenas circulan trenes.Ni tan solo hay taquilla para el despacho de billetes.
Hacía el mediodía dejé Siguenza para dirigirme a Gallocanta,via Alcolea del Pinar,Maranchón y Molina de Aragón.Es una ruta muy agradable,por una buena carretera que bordea el Parque Natural del Alto Tajo.
La visita a Gallocanta fué muy fugaz;me preparé algo de comer,di un paseo por los alrededores y apenas dos horas más tarde de mi llegada la abandoné para retomar la ruta hacia mi casa.