En todo el país hay profusión de parques eólicos. Desde tiempo atrás tenía curiosidad de visitar alguno así que aproveché mi última estancia en Agreda para acercarme al que hay en el Cerro de San Blas.
Me ilustré sobre la ruta a seguir en Google Maps.Se trataba,sobre el papel,en seguir el camino a Añavieja, pequeña localidad vecina que se asienta en la vertiente opuesta del Cerro. La vista aérea del Maps sugería un recorrido fácil más una vez dejadas atrás las últimas casas de Agreda la senda se tornó pedregoso/polvorienta.
Los desvios y bifurcaciones eran numerosos de manera que finalmente tomé alguno equivocadamente y no se cómo,tras un penoso ascenso por una empinada senda arrivé a una pequeña explanada con un panel informativo.
Desde allí ascendí,ahora por un trazado amplio, a uno de los dos grupos de generadores,desde donde se podía contemplar una vista de Agreda con el Moncayo como telón de fondo.
A media tarde,en plena ola de calor y a unos 1300m de altura la radiación del Sol era como un baño de plomo derretido,así que satisfecha mi curiosidad descendí hasta Añavieja.
Curiosamente en ésta pequeña y remota aldea se asientan dos industrias que elaboran unas afamadas patatas fritas.
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